Antonio Banderas, tal vez el actor más internacional de la historia de España, fue el invitado de la última entrega de ‘El Hormiguero’ en un programa que dio para hablar mucho de actualidad, pero también de historia y de acontecimientos tan importantes como el 23-F o el atentado de las Torres Gemelas. Todo ello mientras presentaba su musical ‘Gypsy’ en el Teatro Apolo de Madrid.
Una vuelta al teatro que le hizo recordar una anécdota. Cuando era tan solo un chaval, acudió a un espectáculo cerca del Congreso y, por casualidad, vio cómo un guardia civil corría con un arma bajo el brazo. Era 23 de febrero de 1981. “Cuando salimos, era como el covid, no había nadie en Madrid. Bajamos a la Castellana hasta Neptuno, donde había como 2000 personas gritando ‘ejército al poder’. Eso no se me olvidará en la vida”.
Poco a poco, Banderas fue haciendo repaso de otros acontecimientos que ha vivido a lo largo de su vida, como los atentados de las Torres Gemelas o la Segunda Intifada. También de política norteamericana en un momento donde no puede estar más a la orden del día después de los aranceles impuestos por el Gobierno de Donald Trump al resto de economías mundiales.
Habló de su relación con Bill Clinton, que le invitó a cenar en la Casa Blanca; o de la que tuvo con Barack Obama, que estuvo en casa del actor para organizar su reelección. “Tuvieron que llamar a la Casa Blanca para permitirnos ir a nuestra casa a recibirle”, confesó destacando la seguridad inmensa alrededor de un presidente.
Sin embargo, más atención suscitó su relación con el presidente actual. “Él era un empresario. Yo lo había visto en un programa que tenía y la gente que me lo presentaba me decía que no le hiciera mucho caso”, anticipaba antes de confesar el chiste que siempre le hace, desde que le conoce. “Me dice lo mismo: ‘Mi mujer tiene el mismo nombre que la tuya, pero en español, Melania. Qué cosas’. Siempre decía eso”.