Luego que la plenaria del Senado hundiera la propuesta del Gobierno para convocar una Consulta Popular sobre la Reforma Laboral, el presidente Gustavo Petro reaccionó con dureza desde la China, denunciando un presunto fraude legislativo y comparando el hecho con el controvertido proceso electoral del 19 de abril de 1970.
Petro aseguró que lo ocurrido constituye un fraude y señaló que “el pueblo debe decidir”. En esa línea, propuso una reunión inmediata de las centrales obreras, organizaciones campesinas, juntas de acción comunal, comités juveniles e indígenas para definir los próximos pasos del movimiento popular frente al rechazo legislativo a la consulta.
Además, en un mensaje dirigido a las autoridades, el jefe de Estado ordenó a la Fuerza Pública abstenerse de usar la fuerza contra la ciudadanía. “Su presencia debe ser la suficiente para cuidar los edificios institucionales y garantizar la convivencia pacífica entre la ciudadanía”, indicó, subrayando que su prioridad es conservar la paz y la tranquilidad en medio de la tensión política.
“Ahora le corresponde al pueblo. Al pueblo no se le silencia con trampa. Estoy listo para lo que el pueblo decida”, remató Petro, quien se mantiene firme en su intención de seguir impulsando los cambios estructurales que propuso desde campaña.
Con esta declaración, el presidente eleva el tono del conflicto político con el Congreso y busca trasladar la discusión a las calles, confiando en el respaldo popular para mantener viva su agenda de reformas. La oposición, por su parte, ha advertido sobre el riesgo de desinstitucionalización y polarización.